Encarna Pérez

Encarna Pérez

domingo, 24 de junio de 2012

CONSTANTIN BRANCUSI. Musa dormida


En 1910, la baronesa Renée Irana Frachon fue el modelo para  esta escultura. 
En vez de crear un busto tradicional, Brancusi prefirió trabajar con el fragmento de una cabeza desprovista de cuerpo, que representó utilizando una simple forma oval. 
Las cabezas de las musas están reclinadas sobre un lado, como si estuvieran durmiendo  Sin embargo, su pose no es estática. Hay indicios de movimiento en la manera en que parecen mantenerse en equilibro mientras duermen, como si estuvieran en un equilibrio precario permanentemente.
La cara sumamente pulida contrasta con las escasas ondas del cabello, los ojos cerrados y la boca entreabierta. El único elemento que sobresale es la nariz, que surge de una lisa forma ovalada. Brancusi experimentaba utilizando distintos materiales. Perfeccionaba su esculpido haciendo desaparecer cualquier rastro del cincel que pudiera quedar en el material, creando rasgos que acababan siendo cada vez menos definidos. El único rasgo al que le confiere trazos más marcados, o mayor pátina, es el cabello.

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